sábado, 2 de mayo de 2009

El frío bendito

La noche era fría, las calles vacías, las luces extintas y la gente dormida.

Según se veía, ya nada más pasaría. Este pueblo triste y viejo se moría cuando el reloj del palacio municipal marcaban las cero horas. Fantasmas de lo que fue el día, alcanzabana distinguirse en los rincones. El calor de las brazas y el fulgor de los azadones, se teñían de azul y se desvanecían. Dormían.

En la calle de la patrona de Santa María, esa noche algo sucedía.

Si siguiésemos los destellos de las estrellas, tras la funte que se hallase en la plaza principal, encontraríamos un agujero en los reflejos que nos llevará hasta el cruzamiento de la calle mencionada y la de Don Juan de la Cruz.

Ahí, agazapado cual tullido en el suelo o, dicho de una mejor forma, desplomado en el suelo, con los miembros temblando a causa del miedo; un hombre de edad incontable, de razgos manifiestos con crueldad, de ojos llorozos y semblante atroz; se hallaba rezando a la divina providencia pidiendo que Juan le fuese a buscar.

No sabría decirles quien es este Juan, ni porqué este anciano le implorase con fervor que su presencia le quisiera regalar. Lo que puedo ofrecerles, es decirles que su ánimo por este hecho le llevaba a suplicar a ese Dios de los grandes cielos que su persona le ayudase a rescatar.

Lloraba, pues, suplicaba, también, y nada ni nadie le había venido a socorrer.

Dios, tal vez, le quería en el suelo, pensaban algunos. Dios, tal vez, le castigaba de forma justa, pensaban otros más. No es mi intención haceles largo el cuento, así que les diré que nadie se había interesado en el bienestar de esta anciana personalidad. Ni siquiera ese Juan, que era seguro que se encontrara soñando con la chica rubia de la casa diez y seis en la calle de San Juan.

Lo único que había ozado presenciarse, habían sido las lágrimas que corrían por los surcos de su rostro.

El frío, tan mortal como el filo de un cuchillo, fué el único que se apiadó de su alma y le tomó en sus brazos, levantándole cual si fuese un recién nacido.

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